sábado, 10 de octubre de 2015

PSICÓPATAS FAMOSOS DE LA HISTORIA

Psicópatas Famosos de la Historia





Adolf Hitler







Fue el precursor del nazismo y de la Segunda Guerra Mundial.


Cuando la guerra terminó millones de judíos, eslavos, gitanos, homosexuales, testigos de Jehová, comunistas y otros grupos habían fallecido en el Holocausto. Más de 5.000.000 de judíos fueron asesinados: unos 3.000.000 en centros de exterminio y en campos de trabajo, 1.400.000 en los fusilamientos masivos, y más de 600.000 en los guetos (se estima que el número de víctimas fue casi de 6.000.000).

Hacia el final de la guerra, las violentas políticas de conquista territorial y subyugación racial de Hitler habían causado a la muerte de entre 55 y 60 millones de personas (alrededor del 2% de la población mundial de la época) en su mayor parte civiles, así como un considerable grado de destrucción de ciudades europeas.


Algo que se conoce poco es que es probable que Hitler no diera una orden directa de exterminar a los judíos, aunque si conocía lo que se estaba haciendo.


“Su papel al respecto es menos evidente de lo que puede parecer a simple vista. Los historiadores no han llegado a ningún acuerdo claro en relación al grado de intervención directa de Hitler para dirigir la política de exterminio, lo que incluye el debate acerca de si hubo por su parte una orden”.

Otras hipótesis al respecto han apuntado a enero de 1941 como fecha para una decisión de Hitler de exterminar a los judíos (Richard Breitman); a agosto de 1941, justo al conocerse la declaración de la Carta del Atlántico firmada por Roosevelt y Churchill

Son seguras, sin embargo, sus declaraciones justificativas del genocidio, especialmente concentradas durante los primeros meses de 1942, y con referencias directas que demuestran su conocimiento del mismo.

En mi opinión, Hitler fue la llama que encendió la mecha de una bomba de odio. Sin él, todo lo que ocurrió probablemente no hubiera ocurrido, aunque todos los generales y soldados que le siguieron podían haber decidido no hacerlo. Una muestra más de la importancia de no seguir al rebaño y de evitar el pensamiento grupal.


Jack el destripador







Fue un asesino en serie de identidad desconocida que cometió varios crímenes en 1888, principalmente en el distrito de Whitechapel, en Londres.

Según Thomas Bond, el médico que investigó los cuerpos de las víctimas:


“El asesino, en su apariencia externa, es muy probable que sea de aspecto inofensivo. Un hombre de mediana edad, bien arreglado y de aire respetable. Puede tener el hábito de llevar capa o abrigo porque si no, la sangre de sus manos y ropas hubiera llamado la atención a los viandantes”.

Petitoso ojerudo


Cayetano Santos Godino, apodado "Petiso orejudo" (Buenos Aires, 31 de octubre de 1896 - Ushuaia, 15 de noviembre de 1944), fue un asesino en serie que asoló la ciudad argentina de Buenos Aires con sólo 16 años. A principios del siglo XX fue responsable de la muerte de cuatro niños, siete intentos de asesinato y el incendio de siete edificios.

El 26 de enero de 1912 fue encontrado muerto en una casa desocupada Arturo Laurona, de 13 años. El 7 de marzo de ese mismo año incendió el vestido de Reyna Vainicoff, de 5 años, quien murió días después. A finales de septiembre incendió una estación de tranvías, incendio que fue controlado por los bomberos. El 8 de noviembre intentó estrangular a Roberto Russo, pero fue detenido. Esta vez fue procesado por intento de homicidio, pero fue liberado por falta de méritos
.
 El 16 de noviembre golpeó a Carmen Ghittoni, quien sólo recibió heridas leves ya que Cayetano fue detenido por un policía. El 20 de noviembre raptó a Catalina Neolener, quien comenzó a gritar y alertó a un vecino de la zona que la rescató. A finales de noviembre incendió dos galpones, que fueron rápidamente apagados.
 El 3 de diciembre de 1912 encontró a Jesualdo Giordano jugando en la puerta de su casa, le ofreció comprarle caramelos y logró llevárselo. En un almacén en las cercanías compró caramelos y le dio algunos. Lo llevó a una quinta cercana y, prometiéndole más caramelos, lo convenció de entrar. Allí tiró al menor al suelo e intentó estrangularlo con la soga que llevaba como cinturón, pero como se resistía cortó la soga y la usó para atarle las piernas y las manos. 
Comenzó a golpearlo hasta que tuvo la idea de introducirle un clavo en el cráneo. Comenzó a buscar un clavo y se encontró con el padre del menor en las afueras de la quinta, le dijo que no sabía donde se encontraba su hijo e ingresó nuevamente a la quinta con el clavo. Pensando que Jesualdo Giordano se encontraba todavía vivo, tomó una piedra que usó como martillo. Después de introducirle el clavo en el costado del cráneo, cubrió el cuerpo con chapas y huyó del lugar. El cuerpo fue encontrado minutos después por el padre de la víctima. 
A las 8 PM de ese día, Cayetano fue al velorio de su víctima, al acercarse al ataúd decidió tocarle la cabeza para comprobar los efectos del clavo. A las 5:30 AM del 4 de diciembre fue detenido por la policía, confesando todos sus crímenes.
Albert Fish


Nadie podía haberse imaginado que ese abuelito entrañable de más de 65 años, de rostro demacrado, cuerpo encogido y fatigado, cabello y bigote gris, ojos tímidos podía esconder una personalidad como la que revela su informe psiquiátrico: sadismo, masoquismo, castración y auto castración, exhibicionismo, voyeurismo, pedofilia, homosexualidad, coprofagia, fetichismo, canibalismo e hiper hedonismo. Fish nace en 1870. En su familia existen numerosos antecedentes de perturbación mental, empezando por su madre que oye voces por la calle y tiene alucinaciones, dos de sus tíos internados en un psiquiátrico, un hermana demente, un hermano alcohólico, etc.
Desde muy niño se siente atraído por el sado masoquismo, se divierte infligiendo dolor a los demás y sobre todo a él mismo. Sigue con atención los artículos de crímenes en la prensa, y colecciona sobre todo aquellos de los asesinos en serie caníbales, con los que se siente identificado.
A los veinte años mantiene relaciones homosexuales y ejerce la prostitución homosexual en Washington, en dónde viola a un niño y asesina a su primera víctima.
En esa época comienza a sufrir alucinaciones de tipo religioso y vive obsesionado con la idea del pecado, creyendo que la única forma posible de expiación es a través del sacrificio personal y el dolor.

Él mismo se inflige castigos masoquistas auto mutilándose, frotando por su cuerpo desnudo rosas con espinas, hundiéndose agujas de marinero en la pelvis y en los órganos genitales... en una ocasión es sorprendido en su habitación completamente desnudo, masturbándose con una mano y con la otra golpeándose la espalda con un palo del que sobresalen unos clavos. A cada golpe grita de dolor, mientras la sangre se desliza por sus nalgas.

Oficialmente, fue detenido ocho veces: la primera por tentativa de estafa, luego por robo, por pago con cheques sin fondos, por cartas obscenas a los anuncios de agencias matrimoniales de los periódicos.

En alguna ocasión afirma ser Jesucristo, que San Juan le habla y que el mismo Dios le ordena cometer sacrificios humanos. Lo internan tres veces en un hospital psiquiátrico, dejándolo salir al poco tiempo en cada ocasión tras considerar que no es peligroso ni está loco, sino que simplemente sufre una personalidad psicopática de carácter sexual.
A pesar de todos estos delitos, la policía neoyorquina tardaría nada menos que seis años para poder inculparlo por asesinato.
"Escuchaba voces que me decían cosas y, cuando no las comprendía todas, trataba de interpretarlas con mis lecturas de la Biblia... entonces supe que debería ofrecer uno de mis hijos en sacrificio para purificarme a los ojos de Dios de las abominaciones y los pecados que he cometido. Tenía visiones de cuerpos torturados en cualquier lugar del Infierno..."

Albert Fish fue capturado por la policía el 13 Diciembre de 1935, lo logra a través de una carta de Fish enviada a la madre de la víctima que había secuestrado, en dónde le cuenta sus aficiones por el canibalismo y cómo se decidió a probar carne humana por primera vez con el cuerpo de su hija.



Jeffrey Dahmer



El llamado carnicero de Milwakee es el ser antisocial por excelencia. Desvinculado de cualquier tipo de emociones, busca a sus victimas en los ambientes homosexuales de Milwakee, tras ofrecerles dinero por sexo, los conduce a su apartamento donde los narcotiza, mata, descuartiza y come con total impunidad.

Duerme con los cadáveres, hace el amor y se baña con los cuerpos descompuestos. Conserva fetiches de todos ellos: cabezas, torsos, manos, huesos blanqueados. Su mente es posiblemente la mas trastornada del universo psicópata.

De este deberían aprender Jack el destripador si viviera.


EXTRACTO DE LA CONFESIÓN: 

<< SEÑOR JUEZ, TODO HA TERMINADO, ME SIENTO MUY MAL POR LO QUE HICE A ESAS POBRES FAMILIAS Y COMPRENDO SU MERECIDO ODIO...HE HECHO DAÑO A MI PADRE, A MI MADRE Y A MI MADRASTRA. LOS QUIERO MUCHO >>
 





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